miércoles, 19 de mayo de 2010

Re en clave de recorrer la Vía Láctea en patinete

Re en clave de recorrer la Vía Láctea en patinete

El patinete es la clave de Sol, está claro que nos permitirá pasear despacio, observar los detalles. La cara triste de la luna, la caída de hombros de Saturno, recibir el abrazo de la osa mayor. Esquivar cualquier incómoda lluvia de meteoritos lo tenemos más difícil, pero gozar del frescor de la nada será estupendo. Lo malo es que ¡Menudos pelos!

Clara predilección por los viajes largos. Disfrute del paisaje y del compartir lento. Arriesgado y sin miedo a lo desconocido. Aventurero y dispuesto a cualquier tipo de encuentros. Tolerante y amistoso se permitirá gozar de todo y de todos los momentos y personajes que nos salgan al encuentro. Cháchara amigable y desenfadada, amplitud de miras, conversaciones extensas lejanas a las teorías, clavadas, con fuerza, a las experiencias de los inusuales momentos que viviremos.

¡Menos mal que decidí cortarme el pelo!

Con una mochila basta, y con un loock Coronel Tapioca, seguro, agradamos a todos, incluida la Osa menor que de tan coqueta podrá apreciar, sin duda alguna, la diferencia con los demás viajeros, esos con horribles trajes diseñados en la Nasa.

Haremos trueques con los habitantes de Saturno y Júpiter y a nuestro regreso de la mochila sacaremos un sinfín de artilugios inútiles pero que nos recuerden la brisa de la nada atusándonos los sudores de patinar sin descanso. Unas piernas de vicio, musculadas, perfectas. El pelo y la piel brillando de polvo de estrellas y miles de experiencias.

Ya de regreso, contaremos el paseo que Pegaso nos dio en su lomo después de unas cañas en el exoplaneta, agradecido por las noticias que traíamos de la tierra. ¡Fue una pena!, pero tuvimos que ocultarle las informaciones más feas, estaba tan contento de vernos. Rescatamos a Calisto de una Europa algo desmelenada por las influencias de una tormenta solar que casi nos chamusca las cejas, en el puesto de helados gaseosos de Júpiter.

¡Nos lo pasamos genial!

¡Que creatividad más apabullante! Pensaran nuestros amigos paseando por el retiro, mientras nosotros negociamos una barquichuela para surcar el lago, dar de comer a los peces y retirar luego la mano rápidamente, no sea que nos muerdan esos, que parecen mutantes.

Pero es que fue la opción que elegimos, entre todos, esta semana.

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